Y en plena fiebre que me ha dado por las espadas, ficticias o no, no podía menos que dedicarle una entrada a las burradas más aberrantes, ya sean del cine, las series o los videojuegos (y éstos, especialmente, se llevan la palma…).
En este caso lo voy a agrupar en dos centrándome en películas y videojuegos; y os mostraré aquellos ejemplares que más me han llamado la atención, o en su caso, aberrado.
Capítulo especial merecerán los anime, donde podemos encontrar verdaderas burradas con nombre propio, y que da para un post enterito.
CINE
Outlander
Bueno, llamar espada al pedazo de hierro retorcido que esgrime el protagonista, interpretado por James Clavizel (muy en boga ahora por la serie Person of Interest) es hacerle un favor. Literalmente es un pedazo de hierro retorcido arrancado de una nave y reforjado, pero puesto en perspectiva, actúa como debe: como espadón para tajar al bicho malo de turno. Trasladado al mundo de los vikingos, este viajero de otro planeta adapta su tecnología y se dispone a matar al alien que le persigue con semejante pedazo de metal machacado.
Arturo ven al muro… digooo… Rey Arturo
Vamos, que en una película en plena escena ponno donde por fin el prota moja le griten una desafortunada rima… eso, perdonadme, pero no tiene precio… «¡Arturo, ven al muro…!» le gritan. Qué duro.
Total, que tenemos una peli que es una reinterpretación del mito artúrico, con caballeros sármatas, romanos, sajones, pictos, un Merlín que parece un hippi abrazaárboles pintarrajeado como un mono paranoico, y, como no, una buena aberración espadil, ni siquiera justificada por la historia de la película. Porque, niños y niñas, lo que tenemos en este película no es ni más ni menos que una Excalibur horrorosa (recordad que hablo siempre según mi criterio que es el único que vale, porque soy así de guays). Y os justifico por qué es horrorosa: porque en una época de espadas cortas, donde la forja por esos lares está, históricamente, apenas en pañales, se pasan el mito por el arco del triunfo en un intento evemerista de crear una interpretación propia. Conclusión: esa Excalibur ES UNA PIJADA CROMADA.
Es una pijada cromada, repito. Intolerable, aparatosa, descontextualizada (pese al intento de inscripciones oghamicas, que no pintan nada en un arma forjada por los calibures… sí, de ahí viene el nombre). Y le sienta como a una monja un lanzallamas.
Conan, 2011
Que Conan, versión 2011 no es una buena película de Conan, es un hecho. Que es una película de bárbaros donde si no llevara el nombre del cimmerio sería potable en una tarde de domingo y palomitas, también. Pero, ahora, que Jason Momoa, no es pequeño precisamente, y cuando se quita los afeites de Khal Drogo sigue impresionando como el pedazo de bicharraco que está hecho. De ahí que parezca cuando menos ridículo el diseño de las espadas que hicieron para la película. El arma que llevaba el amigo y primer Conan, Schwarzenegger era casi insuperable. Por su tamaño equilibrado para el del actor, el diseño y los detalles. De ahí que cuando uno ve el estropicio enorme, descompensado, que si fuera de verdad estaría más desequilibrado que un bate de plomo que realizaron para esta, pues como que te aberras.
Y en la siguiente lo ponemos todo en perspectiva:
Con esta última imagen podemos ver que, si Momoa no es pequeño de tamaño precisamente, apenas puede cerrar las manos en condiciones sobre los puños de esas cacharras que insisten en llamar espadas. O sea, que algo descompensadas deben de estar.
VIDEOJUEGOS
El mundo de los videojuegos siempre ha ofrecido un inquietante catálogo de muestras de cómo los japoneses sólo supieron diseñar en condiciones las katanas, tan monas y estilizadas. Todo lo demás que se ha podido ver en videojuegos son verdaderas monstruosidades y aberraciones bastardas de la imaginación más desaforada y acomplejada que los nipones han podido parir. Veamos algunos ejemplos.
Soul Calibur
Trasfondo e historias aparte de esta franquicia de videojuegos de lucha con armas, de la compañía Namco, encontramos una serie de espadas que son las protagonistas de los videojuegos, en sus distintas ediciones. Bueno, espadas por ser amables. Si bien la primera Soul Calibur (y su gemela o versión malvada, Soul Edge) muestran una desapasionada y metódica horteridad en su diseño, la cosa empeora. La primera hornada aun guarda las formas; las siguientes son despropósitos que van desde la bestialidad impracticable, a cosas que parecen amebas gigantes, ojos inquietantes incrustados en costras de lava y otras variaciones pesadillescas. Que no, que se quedaron en las katanas. Katanas bonitas…
Devil May Cry
Es chulo. Es malote. Mala compañía. Duro. Problemático. Terrible para la cordura y, en ocasiones dan ganas de soltarle una patada en la boca. Y parece tener un serio problema de virilidad a juzgar por los tamaños de todos sus gadgets. Entre ellos, una espada con un diseño más feo que pegarle a un padre, altamente ineficaz, pesado y tocho. Pero da igual, claro, Dante es malote y medio demonio, y chulo, muy muy chulo, con pistolones enormes y la espada ya ni os cuento. No en serio, no os lo cuento. Os lo enseño.
Claro que de un videojuego donde el prota es medio demonio y va matando más demonios, y ganas más armas a cual más horrenda, guitaras eléctricas incluidas, no puedes esperar mucho… Pero es que la espada es un verdadero horror…
Final Fantasy
Bien, tenemos ante nosotros la saga Final Fantasy, pero sólo voy a hablar de dos bastadadas. Concretamente la espada de Cloud, del FFVII y la de Squall, del FFVIII.
Por un lado Cloud, calladito, traumatizado, medio experimental, lioso como él solo… y con un espadazo que parece un ala de avión. Grande, inoperante… vale, es un videojuego, todo vale… pero vamos, no deja de ser un cacharro que te escogorciaría el hombro sólo de intentar esgrimirla. Si eso se puede esgrimir. En todo caso, aporreas…
Cloud lleva una serie de espadas, que vas consiguiendo a lo largo de este inabarcable juego de rol de horas y hooooras de duración. Las espadas van, obviamente, de mal en peor, con nombres rocambolescos y altamente aberrantes.
Pasemos a Squall. El otro disfuncional, chulillo, interesante y medio emo. Lleva la Lionheart, una espada aberrante, que parece una especie de cuchillo enorme con puño de revólver. Sí, niños y niñas, un revólver. Grande. Enorme. Y uno piensa ¿por dónde se dispara eso? Bueno, a historia de las armas nos ha enseñado que hay algunos ejemplos de esas fusiones, pero ninguna ha llegado a buen puerto… y este videojuego no es una excecpición. Si bien el arma no es excepcionalmente fea, tampoco es una lindeza, y llama la atención por lo poco práctica que es cuando uno se para a pensar en el peso que debe suponer, el poco equilibrio para el disparo y bla, bla, bla.
Bueno, niños y niñas… hasta aquí el post de hoy. Habrá más. Y desbarraremos el doble. Divertíos. No seáis malos y bla bla bla.